Salud laboral en tiempos de pandemia
El COVID-19 ha trastornado el mundo del trabajo y es probable que los efectos sean duraderos. Antes de la pandemia había unos 260 millones de trabajadores que no acudían a un centro laboral (sin incluir a los empleados domésticos o de cuidados).
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que esa cifra podría haberse duplicado; para abarcar hasta la tercera parte de la fuerza laboral trabajando a distancia en América del Norte y Europa, y la sexta parte en África subsahariana.
El despliegue de vacunas, principalmente en el mundo desarrollado, ha incrementado las posibilidades de retorno al lugar de trabajo. El tema es que muchas empresas y trabajadores han expresado su deseo de mantener cierto grado de trabajo a distancia después de ver algunos de los beneficios.
Para los empleadores, estos beneficios incluyen minimizar el riesgo de contagio y, posiblemente, gastar menos en espacios de oficina, mientras que el personal ya no tiene que perder tiempo yendo y viniendo al lugar de trabajo.
Pero mientras algunos disfrutan al hornear pan o dar un paseo durante una conferencia telefónica; otros anhelan volver a una rutina de trabajo y a una vida más estructurada.
“La forma más efectiva de eliminar el riesgo de contagio en un contexto laboral es, para quienes pueden hacerlo, el teletrabajo”; señala Joaquim Nunes, jefe de Salud y Seguridad Ocupacional de la OIT. “Pero debemos prestar atención también al bienestar físico y mental de los trabajadores”, acota.
Dado que es probable que el teletrabajo siga siendo un factor importante para muchas personas; Nunes dice que las políticas laborales deberán actualizarse para reflejar la nueva realidad.