Relaciones diplomáticas entre Costa Rica y Japón
Hace diez años se cumplieron 75 de relaciones diplomáticas entre Costa Rica y Japón. Con ocasión de aquella conmemoración, la entonces presidenta, Laura Chinchilla Miranda; realizó una visita oficial al país asiático en la que se establecieron las bases de una agenda de soluciones basadas en la naturaleza (que antes se denominaba crecimiento verde).
En el mapeo de oportunidades de mutuo beneficio, las energías renovables eran un punto destacado. Sobre todo por dos razones notorias: nuestro país estaba muy cerca de una producción eléctrica 100% limpia, y Japón acababa de sufrir el peor terremoto y tsunami en mil años.
El mismo provocó el derrame nuclear de Fukushima y obligó al país a apagar, de la noche a la mañana; docenas de plantas nucleares que suplían gran parte de la electricidad para movilizar la economía de un país altamente industrializado de 125 millones de habitantes.
En aquellos días, Costa Rica iba por el mundo hablando de desarrollo sostenible sin ingredientes artificiales muy enfocado en el turismo orientado a la naturaleza.
Pero al momento de suspender la producción de electricidad nuclear, Japón debió importar cantidades significativas de combustibles fósiles para mantener la calefacción en el invierno, el aire acondicionado en el verano y la maquinaria funcionando.
Se estableció un mecanismo de cooperación, crédito y oferta tecnológica muy importante para el desarrollo de tres nuevas plantas geotérmicas. De ellas, Costa Rica espera producir electricidad limpia mucho más allá del 2050.
Sobre todo, porque las nuevas tecnologías geotérmicas permiten hacer perforaciones oblicuas (no perpendiculares en el suelo). Además las turbinas de última generación pueden operar 24 horas al día todos los días del año y requieren mantenimiento cada 40 años.